Martes de Guerra: 'Platoon'


Si hay algo que se le da rematadamente bien a Oliver Stone es transferir a sus películas todo un transfondo sociológico que a muchos podrá resultar pedante ( que en ocasiones lo es y mucho), pero que aporta a su películas un cierto regustillo de que uno no solo está viendo una película bélica en este caso. Si no que se el director se esfuerza en aportar algo más a la historia.

Sirva como ejemplo el ambicioso guión que elaboró en 1983 para 'Scarface' (Brian de Palma), dónde se saca un jugo increible a lo que a priori era un poco ambicioso remake del clásico de 1932, permitiéndose incluso reflexiones a cerca del comunismo, el capitalismo, la corrupción, la lealtad, dando una curiosa perspectiva de eso que en España se vino a llamar 'El Precio del Poder '.

En esta ocasión La película nos hace partícipes de las desventuras de un pelotón en el que da a parar Chris Taylor (Charlie Sheen) un niño de papá extrañamente concienciado que convencido por  la propaganda de la época acaba por decidir alistarse como muestra del agradecimiento a su país (para descoloque absoluto del espectador y de los compañeros de pelotón, todos pertenecientes a clases bajas, que no se explican como un acomodado adolescente puede haber acabado en semejante situación).

Poco después entabla amistad con el sargento Elias Grodin (excelente Willem Dafoe) y su pelotón tendrá que lidiar con el difícil carácter del sargento Bob Barnes ( Tom Berenger), que se vuelve más fascista y lunático por minutos.

Toda una crítica que pone al descubierto que en la américa moderna los que van a la guerra son aquellos más desamparados, desvelando las vergüenzas del tío Sam. Algo así como lo que hiciera Michael Moore en sus documentales mucho después, pero sin dar tanto la chapa. Y es que el director participó en la guerra del Vietnam y quedó un tanto hastiado del tono patriótico que destilaban la mayoría de las películas que abordaban el tema hasta la fecha.

Dichos todos estos datos podría parecer que la película se relaja consiguiendo abordando todos estos elementos dramáticos con solvencia, relegando a la acción a un segundo plano...

Pero nada que ver, la película no olvida a que género pertenece (cosa que no pasa con la, también excelente 'La Delgada Línea Roja' (Terrence Malick), y regala al espectador unas secuencias bélicas que aunque no son tan deslumbrantes como las que rodó Spielberg para 'Salvar al Soldado Ryan', no dejan de ser espectaculares secuencias llenas de dinamismo, con un montaje de sonido atronador, (muy recomendable de ver en un 5.1 si se tiene la ocasión), y regado todo con el recurrente tema <> de Samuel Barber.

Un delicado ejemplo del mejor bélico en el que todas las piezas encajan a la perfección, una perfecta fábula moderna de la guerra con la que Norteamérica perdió la inocencia.


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